Una reducción en las emisiones de gases efecto invernadero como colateral de la crisis, la reducción del transporte y la producción mundial, evidenciando lo complicado que es reducir las emisiones de una manera económicamente sostenible.
El colapso del sector petrolero debido a la abundante oferta, la destrucción a la par de la demanda causada por el coronavirus, el cierre de las principales economías al comercio y la guerra de precios. Esto implicará, la reducción y/o desaparición de empresas pequeñas y los grandes productores valorizaran sus inversiones en proyectos recientes de energías renovables.
Problemas en el suministro de bienes y servicios, y la reducción de los ingresos para las energías renovables tanto en el sector privado como en el público. Desde esta perspectiva, las compañías de energía eólica y solar, están advirtiendo sobre las cadenas de suministro atrofiadas, la incertidumbre fiscal en términos de incentivos debido al cierre de las fronteras en todo el mundo y la desaceleración económica global.
Cambios en los patrones energéticos. El teletrabajo generará ahorros energéticos en los edificios, por ejemplo, Innowatts en los USA predice que el uso residencial diario aumentará entre un 6%-8%, la demanda en instituciones educativas y comerciales se reducirá en un 30% y 25% respectivamente, compensando la transferencia en el uso de energía, obviamente el costo del ajuste recaerá en los hogares al ser trasladado dichos costos.
Muchos temas de interés global están pasando a un segundo plano y la crisis mundial de la pandemia ha logrado fortalecer la interlocución mundial para generar respuestas y soluciones integrales para la situación actual y sus consecuencias.
Y los cuatro cambios que habrá que afrontar a corto plazo
En el mediano y largo plazo, se debería esperar algunas de las más importantes enseñanzas:
Lecciones aprendidas desde la perspectiva ambiental, a partir del trabajo remoto, las organizaciones podrán continuar con estos hábitos una vez termine la crisis y esto podría impactar el uso de la energía, especialmente en el transporte y los desplazamientos.
A medida que el mundo entra en una recesión, es probable que los problemas a largo plazo, incluido el cambio climático, pasen a un segundo plano.
Planes de estímulo. La Agencia Internacional de Energía ha manifestado a gobiernos la importancia de incorporar la energía limpia en cualquier plan de estímulo económico. Hasta ahora eso no está sucediendo, pero la industria de las energías renovables es uno de los sectores que se va a ver afectado, porque los paquetes de estimulos priorizaran otras necesidades de los países como consecuencia de la pandemia.
Cambios políticos que generaran una mayor responsabilidad en temas ambientales, mayor nacionalismo y acciones que permitan resolver sus problemas internos, lo cual podría potencializar muchas economías emergentes.
[ Corresponsal,lavozclasificados,bol.]